Curicó sumó el segundo empate en línea en calidad de visitante y pese a que no ha jugado bien, ilusiona.
Por Vanny Tapia
Que cierto es eso de reinventarse en el éxito, así parece establecer paradigmas el cuadro que dirige Damián Muñoz, que deberá consolidar su proyecto en el desarrollo de la Copa Chile y la segunda rueda del torneo. Ya no podemos vivir de lo hecho en la primera rueda del campeonato nacional, ahora, se debe pensar de lleno en alargar la buena campaña y enfrentar dos instancias con seriedad y de manera estratégica.
La Copa Chile en el horizonte es la oportunidad de consolidar el proyecto cantera albirroja, ahí aparecen nombres interesantes, cómo Cristian Bustamante, que de pronto, comenzó a sonar como una alternativa real tras dos conquistas de buena factura en la misma competencia. A Bustamante, lo antecedieron Gabriel Harding y Felipe Ortiz, realidades dispares entre ambos que siguen perteneciendo a la institución. La obligación de considerar la participación de juveniles en la Copa, son una oportunidad única para la institución, le permitirá de manera irrestricta darle tiraje a la chimenea y, se debe aprovechar es urgente y necesario en equipos de las características de Curicó Unido.
Por otra parte, el torneo nacional ya está de regreso y se le acaba el tiempo a equipos que están en la parte baja del torneo, por lo tanto, lo venidero no será tarea fácil, cada partido comenzará a ser una final, por eso, lo exhibido ante Huachipato, es muestra clara que jugadores y cuerpo técnico saben sus fortalezas y debilidades, ya que a pesar de no haber tenido una buena presentación, cosecharon un empate con sabor a triunfo, con conocimiento pleno de lo que se debe hacer.
Así, la tarea para la dirigencia no es fácil, es determinante establecer con claridad los objetivos porque parece que abrochar un cupo internacional es accesible y se debe estar preparado no tan solo en lo deportivo, también en lo administrativo, que es igual de fundamental.