Curicó no pudo exhibir su juego, sus variantes y ayer fue un fantasma en el duelo ante Everton, pero ¿quién no ha dado nunca un solo paso en falso?
Escrito por Vanny Tapia
La vigésima fecha llegó con altas expectativas, en la antesala, la caída de Ñublense, abría la hermosa posibilidad de alcanzar el segundo lugar, aumentaba la ilusión y, también establecía una condición temprana para Curicó Unido, escapar de toda posibilidad de descenso (matemáticamente). El partido planteó algo completamente distinto, dos goles rápidos y evitables, eran un golpe duro con el que Everton, sometía y no dejaba respirar, defensa permeable y que instalaba la condicionante de pensar que el equipo es corto.
La ausencia de Ronald de la Fuente, fue la primera grieta que obligó a Curicó a improvisar y volver a pedir traje de soldado a Joaquín González, que se entregó por completo, no fue su noche, pero junto con él, nadie estuvo iluminado y la brújula extraviada se notó, se hizo sentir y entregó el equipo a su suerte.
Un tropiezo lo tiene cualquiera, pero el momento da para exigir y ayer no fue la mejor noche. Curicó, tiene la obligación de retomar el camino, se vienen dos partidos claves ante rivales difíciles, en la segunda parte todos los partidos serán finales, porque la temporada entra en recta final y se deberá ratificar lo hecho.
Ahora por lo pronto, se retomará el trabajo, ese que ha dado frutos, pero para pelear el título, no pueden haber desatenciones cómo ayer.
La derrota de Ñublense y los puntos obtenidos, mantienen el sueño intacto de la Copa Internacional. Se deberá mantener la mente serena para primero dejar en el olvido toda instancia de descenso y luego pensar en si todo lo hecho entrega un premio mayor, por ahora, es solo un paso en falso ante Everton.